Seúl (EFE).- Este lunes, un día después del accidente del vuelo 7C2216 en Corea del Sur que ha supuesto el peor de todo 2024, el escrutinio sobre los protocolos de seguridad de la compañía operadora, Jeju Air, o el diseño del entorno de pista del aeropuerto donde se produjo la tragedia han ido en aumento.
Estos son algunos factores sobre los que medios locales tienen puesta su atención hoy, cuestiones sobre las que muchos surcoreanos parecen estar respondiendo con desconfianza.
El hedor a gasolina envuelve el Aeropuerto Internacional de Muan. Al otro lado del cordón policial pueden verse asientos, maletas y trozos de metal torcidos desperdigados en el suelo, a pocos metros de los restos siniestrados del vuelo 2216 de la aerolínea surcoreana Jeju Air. El accidente provocó la muerte de 179 personas.
El Boeing 737-800, que realizaba el trayecto entre Bangkok, capital de Tailandia, y Muan, ciudad al sudoeste de Corea de Sur, se estrelló el domingo mientras intentaba realizar un aterrizaje de emergencia.
El muro contra el que chocó el avión
El muro contra el que chocó el avión accidentado tras salirse de pista en el aeropuerto de Muan (290 kilómetros al suroeste de Seúl) ha concentrado hoy muchas miradas después de que expertos en aviación destacaran que fue el elemento que hizo estallar el aparato, y que fue la explosión el motivo por el que 179 de los ocupantes perdieron la vida y solo dos sobrevivieron.
La estructura de cemento, situada a 250 metros del final de la pista, tiene unos dos metros de altura, está recubierta de tierra y alberga una antena localizadora del Sistema de Aterrizaje Instrumental (ILS), que ayuda al piloto a alinear el avión horizontalmente con la pista antes de tocar tierra.
Autoridades aeroportuarias indicaron que la estructura tiene esa elevación para mantener la antena al nivel de la pista, ya que el terreno presenta a continuación un desnivel, al tiempo que el Ministerio de Transporte surcoreano señaló que otros aeródromos nacionales y extranjeros cuentan con estructuras y distribuciones similares.
En todo caso, algunos expertos se preguntan si se podría haber optado por otra solución de ingeniería, puesto que la altura y consistencia de la estructura parece determinante en la dureza del choque del avión, al que en cualquier caso pareció fallarle el tren de aterrizaje y otros sistemas de frenado.
Revisiones de seguridad de la aerolínea
Medios surcoreanos destacaron que el avión accidentado realizó 13 vuelos en sus últimas 48 horas de vida operativa, incluyendo viajes de ida y vuelta entre Corea del Sur y cuatro destinos internacionales, China, Malasia, Tailandia y Taiwán, lo que pone el foco sobre el tiempo destinado a revisiones de seguridad antes de cada despegue por parte de Jeju Air.
El diario Korea Times destacaba hoy, basándose en datos como estos, que la aerolínea parece destinar 28 minutos a dicho mantenimiento para el 737-800 (aparato que integra la práctica totalidad de su flota y que se estrelló ayer), el mínimo que requieren las autoridades surcoreanas.
Estas afirmaciones han generado inquietud con respecto a si Jeju Air, la mayor aerolínea de bajo coste surcoreana y también la que a priori más parece exprimir sus aeronaves, prioriza eficiencia operativa sobre mantenimiento.
En todo caso, el Gobierno surcoreano anunció este lunes que inspeccionará rigurosamente los trenes de aterrizaje de los aviones de la compañía después de que hoy mismo otro de sus 737-800 tuviera que retornar al punto de salida tras detectarse un problema precisamente en este sistema cuyo mal funcionamiento se antoja clave en el accidente del domingo.
Respuesta negativa de usuarios
La propia Jeju Air informó este lunes de que ha registrado 67.000 cancelaciones a raíz del accidente, que le ha supuesto hoy una caída de casi el 9 % en la Bolsa de Seúl, y a su matriz, Aekyung Holding, una depreciación de más del 12 %.
A su vez una veintena de pasajeros del 737-800 de la compañía que tuvo que regresar hoy tras detectarse problemas en el tren de aterrizaje se negó a embarcar después en el avión de sustitución que ofertó la aerolínea aduciendo ansiedad a raíz del siniestro del domingo.
Jeju Air se defendió en todo caso aclarando que el piloto detectó un problema de funcionamiento y que el tren de aterrizaje.
Minuto de silencio
El domingo, las televisiones surcoreanas interrumpieron sus emisiones de fin de año para informar sobre el trágico incidente, y se guardó un minuto de silencio en diferentes eventos deportivos que tuvieron lugar el mismo día.
Se trata del accidente de avión más mortífero de Corea del Sur, país sumido en una crisis política sin precedentes tras la suspensión del presidente Yoon Suk Yeol, después de su efímera instauración de la ley marcial.
El Parlamento destituyó a Yoon el 14 de diciembre, y también, el viernes, a su sustituto interino, el primer ministro Han Duck-soo, dejando el país en manos de su tercer líder en tres semanas.
El nuevo presidente interino, el ministro de Finanzas Choi Sang-mok, se desplazó el domingo por la tarde a Muan y presidió una reunión de emergencia del gobierno.
A causa del accidente, varios grupos de la sociedad civil están considerando aplazar las manifestaciones masivas, organizadas para presionar a los jueces de la Corte Constitucional a validar la suspensión de Yoon.
Las autoridades indicaron que las pistas del aeropuerto de Muan permanecerán cerradas una semana, al tiempo que los investigadores determinan las causes del accidente.
Varios testimonios desgarradores han sido compartido en redes sociales.
Entre ellos, una captura de pantalla de los últimos mensajes entre un pasajero y su familia, compartida de forma masiva por medios locales.
El mensaje del padre, y pasajero, enviado a las 09H01 hora local, decía: “Espera, un pájaro ha quedado atascado en el ala. No podemos aterrizar. ¿Debería dejar un testamento?”.
Su hijo respondió, a las 09:37, : “¿Por qué no consigo llamarte?”.
El mensaje nunca fue leído.
Con información EFE/Excélsior
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