Niñas y niños se enfrentan a contenidos pornográficos a edades tempranas, moldeando su visión de la sexualidad con riesgos graves para su desarrollo.
La alarmante realidad del consumo de pornografía en menores
Es difícil imaginar que una niña o un niño de ocho años ya haya tenido contacto con la pornografía. Sin embargo, informes recientes confirman que esta problemática es más común de lo que muchos padres quisieran creer.
Según datos de Save the Children, a esta edad es cuando las niñas y los niños comienzan a consumir contenido pornográfico, muchas veces de manera no intencionada. La pregunta no es si están expuestos, sino qué estamos haciendo para protegerlos.
¿Cómo acceden los menores a la pornografía?
En el pasado, acceder a contenido pornográfico requería de acciones deliberadas. Hoy, basta con una búsqueda inocente en internet para que los menores se enfrenten a imágenes o videos explícitos.
Una simple búsqueda de palabras como “muñecas” o “fútbol” puede arrojar resultados con contenido sexualizado, según estudios recientes. Esto sucede porque los algoritmos de plataformas y motores de búsqueda no siempre protegen a los usuarios más jóvenes.
Consecuencias del consumo temprano de pornografía
La exposición temprana a la pornografía tiene impactos devastadores en el desarrollo de niñas y niños. De acuerdo con la Escuela Internacional de Mediación y el Consejo Audiovisual de Andalucía, algunas de las principales consecuencias incluyen:
- Normalización de conductas violentas: La pornografía muchas veces presenta relaciones desiguales y violentas como deseables.
- Distorsión de la realidad sexual: Los menores asumen que lo que ven en estos videos es una representación fiel de la sexualidad.
- Adicción: La pornografía actúa como una droga, generando dependencia y necesidad de consumir más contenido.
- Fomenta el acoso escolar y la violencia de género: Al replicar lo que ven, los menores pueden tratar a sus compañeras y compañeros de manera vejatoria.
El doctor Enrique Rojas, experto en psicología, destaca que la pornografía no solo afecta la percepción de la sexualidad, sino que moldea la conducta de los menores, llevándolos a buscar experiencias que no están preparados para manejar emocionalmente.
¿Por qué la pornografía se convierte en la “educación sexual”?
En México, la falta de educación sexual integral es uno de los factores que lleva a niñas, niños y adolescentes a buscar respuestas en internet. Sin guía, terminan expuestos ha contenido que no solo desinforma, sino que perpetúa ideas peligrosas sobre el cuerpo, las relaciones y el consentimiento.
Cómo proteger a las niñas y los niños
La protección ante el consumo temprano de pornografía requiere un enfoque integral que involucre tanto a las familias como a las instituciones.
Acciones clave:
- Educación sexual desde casa: Hablar con los menores de manera abierta y acorde a su edad sobre sexualidad y afectividad.
- Control parental en dispositivos: Implementar filtros en navegadores y plataformas para bloquear contenido explícito.
- Supervisión digital: Estar atentos a las actividades online de las niñas y niños.
- Fortalecimiento de valores: Enseñar respeto, empatía y comunicación efectiva desde edades tempranas.
Un problema que requiere acción inmediata
El consumo de pornografía en menores es una crisis silenciosa que no puede ser ignorada. Proteger a las niñas y los niños significa abordar este problema con educación, prevención y supervisión, creando entornos seguros donde puedan desarrollarse plenamente.El cambio empieza en casa, pero también necesita del apoyo de políticas públicas que promuevan una educación sexual integral y regulaciones más estrictas en plataformas digitales.
Con información La Verdad Noticias
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