En México, cada día siete niños y adolescentes son asesinados. La violencia contra los menores ha escalado sin una respuesta clara del gobierno.
Las imágenes son desgarradoras. Los gritos de Dante Emiliano, el llanto del padre de Gonzalo y la indignación por Alexander y Gael resuenan en la memoria colectiva.
Casos como estos son cada vez más comunes en México, pero no siempre alcanzan los titulares. La violencia contra los niños ha dejado de ser una excepción para convertirse en una estadística creciente y alarmante.
Las cifras oficiales lo confirman:
- 14,144 niños, niñas y adolescentes asesinados de 2018 a 2024.
- 663 homicidios infantiles en los primeros tres meses del gobierno de Claudia Sheinbaum.
- Una media de 7 menores asesinados cada día.
El reto de Sheinbaum: Resolver sin señalar errores pasados
La presidenta enfrenta un dilema: debe detener la violencia contra los menores sin hacer referencia directa a las fallas de la administración anterior. Sin embargo, los números son claros: el problema no solo persiste, sino que se agrava.
Una pregunta se vuelve inevitable:
¿Por qué el Plan Nacional de Desarrollo de Sheinbaum no incluye una estrategia específica para la protección de la niñez?
La impunidad como raíz del problema
El asesinato de menores no genera una respuesta excepcional del Estado. Como advertía Alejandro Hope, la violencia infantil sigue sin ser una prioridad en las políticas de seguridad.
Los responsables rara vez enfrentan justicia, y la impunidad sigue alimentando la crisis:
- Más del 90% de los homicidios infantiles quedan impunes.
- No hay protocolos específicos para combatir la violencia contra menores.
- El crimen organizado sigue reclutando niños y adolescentes sin consecuencias.
Sin una estrategia clara, México sigue normalizando la barbarie.
Culiacán levanta la voz: ¿Responderá el gobierno?
Las protestas en Sinaloa no solo piden justicia por Alexander y Gael; son un grito de auxilio ante un país que parece haber normalizado la muerte de sus niños.
El gobierno de Sheinbaum tiene dos caminos:
- Implementar una estrategia real contra la violencia infantil.
- Seguir ignorando el problema hasta que las cifras sean insostenibles.
La sociedad ya se ha manifestado. Ahora, la pregunta es: ¿actuará el gobierno o seguirá con una política de silencio?
Apunte final: La crisis de salud mental en la sombra
Mientras la violencia infantil sigue aumentando, el gobierno ha decidido repetir la Encuesta Nacional de Salud Mental y Adicciones.
Las razones oficiales: errores metodológicos.
Las sospechas:
- No gustaron los resultados.
- Quieren ocultar cifras.
- Falta de capacidad para manejar el tema.
Lo cierto es que la salud mental y las adicciones también son parte de la crisis de violencia en el país. Ignorarlas no solucionará el problema.
México no puede seguir ignorando la violencia infantil
Cada niño asesinado es una prueba de un Estado que ha fallado en su deber más básico: proteger a sus ciudadanos más vulnerables.
Sheinbaum tiene en sus manos la posibilidad de cambiar la historia. Pero el tiempo se agota.
Con información La Verdad Noticias
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