En las calles de Sone, una nueva droga está convirtiendo a los jóvenes en zombis. Se llama Kush, una mezcla de hojas secas y productos químicos que ha invadido la juventud en tan solo tres años.
Lo perturbador es que, según informes recientes, el Kush ahora contiene un ingrediente que puede resultar espeluznante: huesos humanos. Esto ha llevado a los saqueadores de tumbas a moler huesos y agregarlos a la mezcla, intensificando la gravedad de esta epidemia.
Sierra Leona, conocida por sus playas, está sufriendo una crisis económica que empuja a la gente hacia la pobreza. A 20 centavos por porro, el Kush ofrece una escapatoria barata pero temporal, según se menciona en el video informativo “Drug mixed with human bones ravaging Sierra Leone”.
Escapatoria barata y sueños arruinados
La situación ha llevado a vidas arruinadas, como la de Abu Bakr, quien soñaba con un Grammy, pero ahora vive en un basurero.
La ilegalidad del Kush no impide su compra y venta abierta. Aunque los traficantes reconocen el daño que están causando, argumentan que la falta de empleo los obliga a seguir en el negocio.
Huesos humanos en la mezcla
La falta de información sobre los componentes del Kush es evidente, y análisis han revelado la presencia de sustancias peligrosas.
En los últimos meses, ha surgido la información espeluznante de que se están utilizando huesos humanos en la mezcla, por lo que, en un intento por frenar esta práctica, comunidades locales han formado grupos llamados “Amigos de los Muertos”, quienes visitan cementerios para evitar que los saqueadores roben huesos para el Kush.
El Dr. Juu Matia, en el único hospital de salud mental del país, ha observado cambios en la receta del Kush a lo largo del tiempo.
Asimismo, explica que los huesos humanos contienen azufre, que, inhalado en concentraciones altas, puede generar esa sensación de euforia buscada por los usuarios.
Impacto en la juventud y temores de una crisis nacional
Cerca del 85% de los pacientes en el hospital de salud mental son consumidores de Kush. El Dr. Juu teme que la epidemia desestabilice el país, afectando a la población joven que debería estar contribuyendo al desarrollo.
Las calles de Sierra Leona están llenas de jóvenes que deberían estar activos, pero están atrapados en la adicción al Kush.
Pocos recursos de ayuda están disponibles, y las tensiones aumentan en lugares como la distribución de alimentos de Kadu.
La realidad impactante es que, en este escenario, incluso los niños están afectados. Bebés como Emmanuel, nacidos de madres adictas, sufren las consecuencias.
La esperanza de cambio reside en aquellos que buscan dejar atrás la adicción, como Haaru, una madre que anhela retomar sus estudios para convertirse en abogada.
Una dura batalla
Esta encrucijada a la que Sierra Leona se enfrenta, entre la dura realidad y los “escapes” mortales a través del Kush, ha dejado la difícil elección a los jóvenes de quienes depende el futuro del país.
La lucha contra esta droga mortal con huesos humanos es urgente, y la sociedad se encuentra en una batalla por la supervivencia y la recuperación.
Con información El Imparcial
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