Esta madrugada, Cynthia Viteri, alcaldesa de Guayaquil, tensionó al extremo la ya difícil situación de la aviación comercial mundial. Enterada de la llegada de dos aviones procedentes de Europa, un Airbus A340 de Iberia y un Boeing 777 de la holandesa KLM, ordenó que varios vehículos municipales entrasen sin autorización al aeropuerto de la segunda ciudad de Ecuador e invadiesen la pista de vuelo. De este modo que ni el avión procedente de Madrid ni el que llegaba desde Amsterdam llegarían, pues hallarían la pista bloqueada y no pudiesen aterrizar.
La abogada, periodista y política que dio la controvertida orden, llegó a la alcaldía de la ciudad en mayo de 2019 representando al PSC, Partido Social Cristiano, uno de los opositores de Alianza País en la Asamblea Nacional del Ecuador, un movimiento liderada por Lenin Moreno, actual presidente de la República. Del gobierno de Moreno llegó precisamente la autorización para que el Airbus español y el Boeing holandés pudieran realizar dos vuelos especiales solo con tripulaciones para, una vez llegados al destino, recogiesen a ciudadanos europeos y los trasladasen de vuelta a la UE a través de Barajas y Schiphol.
Pista invadidas
De este modo, tras volar más de 10 horas, las tripulaciones fueron informadas al acercarse a Guayaquil, que varias decenas de coches y motos del ayuntamiento habían entrado sin autorización del gobierno del estado ni del gestor del aeropuerto, para estacionarse en diferentes puntos de la única pista de vuelo del aeropuerto José Joaquín de Olmedo. Con ello hacían totalmente imposible cualquier operación de despegue o aterrizaje en la instalación. Informaciones cruzadas indicaban que los dos aviones llegaban con pasaje y Vitieri se arrogó “la defensa de la ciudad”, como después indicó en una rueda de prensa virtual desde su domicilio, para responsabilizarse de esa acción unilateral que puso en peligro la operación de los dos vuelos obligándolos a realizar un desvío al aeropuerto de Quito, donde si tuvieron autorización para el aterrizaje.
La acción de la alcaldesa complicó aún más un día de mucha tensión generalizada en el sector: mediante sus sindicatos y asociaciones de TCPs, las tripulaciones auxiliares españolas han puesto estos días el grito en el cielo al denunciar que en muchos casos no están volando con las medidas de seguridad e higiene óptimas para prevenir e impedir contagios a bordo de los aviones (hay quejas constantes por la falta de mascarillas,
guantes y el diseño del servicio a bordo) a lo que se une la delicada situación laboral a la que se enfrentan en los próximos días, con numerosos despidos en perspectiva ante el previsible cese casi total de operaciones. Esta llega tras la conversión de España en un país cuyos viajeros tienen prohibido o muy limitado el acceso a más de un centenar de países de todo el mundo por la expansión del Covid19 en el territorio.
Los esfuerzos de las diplomacias holandesa, española y ecuatoriana, acordando la realización de vuelos especiales de repatriación para viajeros varados en la segunda ciudad de Ecuador se han visto entorpecidos, literalmente, por la acción de una alcaldesa que ha aplicado un celo excesivo sobre el aeropuerto que sirve su ciudad. Así, varios centenares de pasajeros de KLM e Iberia que esperaban su regreso a Europa han recibido atónitos la información sobre los motivos que retrasan aún más su vuelta a casa.
Esta misma tarde, madrugada en España, la Fiscalía de Ecuador ha anunciado la apertura de una investigación por lo sucedido en las instalaciones del aeropuerto y sobre todo en las inmediaciones de la pista 03-21, la parte más delicada de la instalación, con el aparcamiento de vehículos de todo tipo a las órdenes del ayuntamiento, situación que complica aun más la situación a pasajeros con ganas de abandonar un país al que acaba de llegar el virus: esta noche ya se habían confirmado 168 casos y tres fallecidos. A ello se suma la tensión de unas tripulaciones con carga extra de trabajo en unas condiciones que dadas las circunstancias sanitarias dicen que no son las óptimas, a lo que suman la indefinición laboral por delante cuando puedan regresar a Madrid.