Un equipo de investigadores de la Universidad de Curtin, en Perth, Australia, ha descubierto en Australia el corazón, estómago, intestino e hígado fosilizados de un pez acorazado. El increíble hallazgo del corazón de este pez, de 380 millones de años, lo coloca en el más antiguo jamás encontrado y nos aporta nuevos datos sobre la evolución de nuestro propio cuerpo.
La posición de los órganos es similar a la anatomía moderna del tiburón, apuntan los expertos, que han publicado su estudio en la revista Science.
Descubierto en la Formación Gogo, los restos de un antiguo sistema de arrecifes en el noroeste de Australia, el fósil capturó el corazón, el estómago, los intestinos y el hígado del antiguo pez. Lo más asombroso del descubrimiento es que los órganos se conservan en sus posiciones originales en tres dimensiones, en lugar de haber sido aplastados por las rocas durante millones de años, como suele ocurrir.
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