Irán lanzó exitosamente tres satélites al espacio con un cohete que sufrió varios intentos fallidos previamente, en el lanzamiento más reciente dentro de un programa que según Occidente mejora los misiles balísticos de Teherán.
El anuncio se dio en medio de tensiones agravadas en todo Oriente Medio sobre la guerra que mantiene Israel contra Hamás en la Franja de Gaza, lo que desata el temor respecto a que el conflicto se extienda por la región.
Aunque Irán no ha intervenido militarmente en el conflicto, ha enfrentado una creciente presión dentro de su teocracia para que responda a un letal ataque suicida cometido este mes por el grupo Estado Islámico, al tiempo que grupos aliados de Teherán como los rebeles hutíes en Yemen perpetran ataques relacionados con la guerra.
Por su parte, países de Occidente siguen preocupados sobre el rápido desarrollo del programa nuclear iraní.
Imágenes transmitidas por la televisora estatal iraní mostraban al cohete Simorgh despegando durante la noche. Un análisis de The Associated Press de las imágenes indicaba que se el despegue se produjo en el puerto aeroespacial Imán Jomeini, en la provincia rural iraní de Semnan.
“El rugido del Simorgh resonó en el cielo de nuestro país y el espacio infinito”, dijo en la retransmisión Abbas Rasooli, presentador de la televisión estatal.
La televisora estatal identificó los satélites lanzados como Mahda, Kayhan-2 and Hatef-1. Afirmó que el Mahda es un satélite de investigación, y que el Kayhan y el Hatef son nanosatélites de posicionamiento global y de comunicaciones, respectivamente.
El ministro de Tecnología de la Información y las Comunicaciones de Irán, Isa Zarepour, dijo que el satélite Mahda ya ha enviado señales a la Tierra.
El programa de Simorgh (Fénix) había sufrido cinco lanzamientos fallidos previos, dentro de una serie de reveses en los últimos años para el programa espacial civil iraní como incendios letales y la explosión de un cohete en una plataforma de lanzamiento que llamó la atención del expresidente de Estados Unidos Donald Trump.
Las imágenes mostraban que el cohete lanzado el domingo llevaba el lema “Podemos” en farsi, probablemente en referencia a esos intentos fallidos anteriores.
El Simorgh es un cohete de dos fases con combustible líquido que según Teherán está diseñado para poner satélites en órbita baja.
Sin embargo, el análisis global de riesgos de 2023 de la inteligencia estadounidense señaló que el desarrollo de vehículos de lanzamiento de satélites “reduce el plazo” para que Irán desarrolle un misil balístico intercontinental porque emplea una tecnología similar. Ese reporte mencionaba en concreto los Simorgh como posibles cohetes de doble uso.
Estados Unidos ha indicado antes que los lanzamientos de satélites iraníes desafían una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ha pedido a Teherán que no realice actividades relacionadas con misiles balísticos capaces de portar armas nucleares. Las sanciones de la ONU asociadas al programa balístico de Irán expiraron el pasado octubre.
Durante el gobierno relativamente moderado del expresidente Hasán Ruhani, la República Islámica desaceleró su programa espacial para evitar tensiones con Occidente. Sin embargo, desde entonces el acuerdo nuclear que Ruhani alcanzó en 2015 con potencias internacionales se ha derrumbado y las tensiones con Estados Unidos se han ido acumulando durante años.
El presidente de línea dura Ebrahim Raisi, un protegido del líder supremo del país, el ayatolá Ali Jamenei, y que llegó al poder en 2021, ha impulsado el programa. Entre tanto, Irán ha enriquecido uranio más cerca que nunca de los niveles para armamento y tiene suficiente material para varias bombas atómicas, aunque las agencias de inteligencia estadounidense y otros observadores creen que Teherán no ha empezado a buscar un arma nuclear de forma activa.
Francia, Alemania y Reino Unido condenaron el viernes el lanzamiento de un satélite iraní el 20 de enero, y también dijeron que podía ayudar a Irán a desarrollar misiles balísticos de largo alcance.
“Desde hace tiempo nos preocupa la actividad de Irán relacionada con las tecnologías de misiles balísticos que son capaces de transportar armas nucleares”, señalaron los países. “Estas preocupaciones se ven reforzadas por la continua escalada nuclear de Irán más allá de toda justificación civil creíble”.
Teherán mantiene el mayor arsenal de misiles balísticos de Oriente Medio, debido en parte a que décadas de sanciones desde la Revolución Islámica de 1979 y a la crisis de rehenes en la embajada estadounidense le impidieron conseguir cazas y otros sistemas armamentísticos avanzados.
El ejército estadounidense y el Departamento de Estado no respondieron a las solicitudes de comentarios el domingo. Sin embargo, el ejército de Estados Unidos ha reconocido discretamente que el lanzamiento del 20 de enero realizado por la Guardia Revolucionaria paramilitar del país fue exitoso.
Por otra parte, el domingo, el Ministerio de Defensa del Reino Unido reconoció que uno de sus buques de guerra derribó un dron lanzado por rebeldes hutíes desde Yemen. El HMS Diamond derribó el dron con su sistema de misiles Sea Viper en el Mar Rojo, sin causar daños ni heridos, informó.
“Estos ataques intolerables e ilegales son completamente inaceptables y es nuestro deber proteger la libertad de navegación en el Mar Rojo”, afirmó el Ministerio de Defensa en un comunicado.
Los hutíes no reconocieron el ataque. Los rebeldes han dicho que los barcos estadounidenses y británicos son ahora objetivos de su campaña de ataques que, según explican, tiene como objetivo presionar a Israel para que detenga la guerra contra Hamás en la Franja de Gaza. Sin embargo, sus ataques tienen vínculos cada vez más débiles o nulos con la guerra y han perturbado el comercio internacional.
Con información AP
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