Lo identificaron científicos estadounidenses. Se trata del primer estudio que explica cómo las estructuras humanas afectan la distribución de microbios en el fondo del mar. Los alcances del descubrimiento
Al igual que las características geológicas naturales del lecho marino, los naufragios de madera crean hábitats en los que pueden habitar los microbios de las profundidades marinas. Hábitats aptos para que la macrobiota, la meiobiota y la microbiota generen microecosistemas potencialmente únicos, estos espacios son propicios para que habiten diferentes especies.
Un nuevo estudio, realizado por especialistas de la Escuela de Ciencias e Ingeniería Oceánicas de la Universidad del Sur de Mississippi, en Estados Unidos, dio a conocer y confirmó este proceso, anteriormente teorizado. Además, analizaron cómo los naufragios históricos de cascos de madera impactan en la dispersión de biopelículas microbianas que colonizan la madera, siendo que millones de éstos se encuentran esparcidos por los océanos del mundo, creando cada uno un hábitat y un microecosistema potencialmente único.
La madera llega al lecho marino de fuentes naturales y por causas humanas como los naufragios. En un informe recientemente publicado en Frontiers in Marine Science, los científicos norteamericanos advirtieron que sus descubrimientos sobre el comportamiento de estos microbios “son la primera evidencia de cómo las estructuras humanas están afectando la distribución de microbios en el fondo del mar profundo”.
Dado que los microbios son la base de las cadenas alimentarias de los océanos, comprender cómo las estructuras hechas por el hombre (incluidos los naufragios) pueden afectar su diversidad (Getty Images)
Los detalles del hallazgo
Al igual que las características geológicas naturales del lecho marino, los naufragios de madera crean hábitats en los que pueden habitar los microbios de las profundidades marinas. Si bien se sabía que los naufragios de madera pueden albergar enormes comunidades de vida macroscópica dentro de los cascos.
El tipo de madera utilizada tuvo el mayor impacto en la diversidad de bacterias observadas en las muestras de microbios (el roble era más del agrado de estas diminutas criaturas que el pino), aunque tuvo una influencia mucho menor en la diversidad de arqueas y hongos. Mientras tanto, la mayor influencia individual en la diversidad general de especies identificadas en las muestras fue la proximidad al sitio.
“Este trabajo es el primero en mostrar que los hábitats construidos (lugares o cosas hechas o modificadas por humanos) también impactan en las películas de microbios (biopelículas) que recubren estas superficies. Estas biopelículas son, en última instancia, las que permiten que los hábitats duros se transformen en islas de biodiversidad”, continuó la especialista. En general, el equipo explicó que la presencia de naufragios tiene un impacto significativo en la riqueza microbiana de su área circundante, con cambios importantes en la composición y dispersión del biofilm.
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Analizaron cómo los naufragios históricos de cascos de madera impactan en la dispersión de biopelículas microbianas que colonizan la madera (EFE/Nic Bothma/Archivo)
Aunque la investigación actual se centra en los naufragios de madera, los autores señalan que muchas de las estructuras submarinas hechas por el hombre de hoy en día están hechas de metal: las plataformas o los oleoductos de petróleo y gas, por ejemplo, están esparcidos por todo el mundo. Se necesitarán más investigaciones para comprender el impacto de tal estructura también. “Si bien somos conscientes de que los impactos humanos en el lecho marino están aumentando a través de los múltiples usos económicos, el descubrimiento científico no sigue el ritmo de cómo esto da forma a la biología y la química de los paisajes naturales bajo el mar -concluyó Hamdan-. . “Esperamos que este trabajo inicie un diálogo que conduzca a la investigación sobre cómo los hábitats construidos ya están cambiando las profundidades del mar”.