La estrecha corriente en chorro cerca del ecuador tiene vientos que viajan a 320 millas por hora
El telescopio espacial James Webb de la NASA ha descubierto una nueva característica nunca antes vista en la atmósfera de Júpiter. La corriente en chorro de alta velocidad, que se extiende por más de 4.800 kilómetros (3.000 millas) de ancho, se encuentra sobre el ecuador de Júpiter, por encima de las principales capas de nubes. El descubrimiento de este chorro está brindando información sobre cómo interactúan entre sí las capas de la famosa atmósfera turbulenta de Júpiter, y cómo Webb es el único capaz de rastrear esas características.
“Esto es algo que nos sorprendió totalmente”, dijo Ricardo Hueso de la Universidad del País Vasco en Bilbao, España, autor principal del artículo que describe los hallazgos. “Lo que siempre hemos visto como neblinas borrosas en la atmósfera de Júpiter ahora aparecen como características nítidas que podemos rastrear junto con la rápida rotación del planeta”.
El equipo de investigación analizó datos de la NIRCam (cámara de infrarrojo cercano) de Webb capturados en julio de 2022 . El programa Early Release Science , dirigido conjuntamente por Imke de Pater de la Universidad de California en Berkeley y Thierry Fouchet del Observatorio de París, fue diseñado para tomar imágenes de Júpiter con 10 horas de diferencia, o un día de Júpiter, en cuatro filtros diferentes, cada uno de ellos. Únicamente capaz de detectar cambios en pequeñas características a diferentes altitudes de la atmósfera de Júpiter.
“Aunque varios telescopios terrestres, naves espaciales como Juno y Cassini de la NASA y el Telescopio Espacial Hubble de la NASA han observado los patrones climáticos cambiantes del sistema joviano, Webb ya ha proporcionado nuevos hallazgos sobre los anillos, los satélites y la atmósfera de Júpiter”, señaló de Pater. .
Si bien Júpiter es diferente de la Tierra en muchos aspectos (Júpiter es un gigante gaseoso, la Tierra es un mundo rocoso y templado), ambos planetas tienen atmósferas en capas. Las longitudes de onda de luz infrarroja, visible, de radio y ultravioleta observadas por estas otras misiones detectan las capas inferiores y más profundas de la atmósfera del planeta, donde residen tormentas gigantes y nubes de hielo de amoníaco.
Con información NASA
Síguenos en nuestras redes sociales: