Paleontólogos europeos reprodujeron el extraño aspecto de un espinosaurio de hocico muy inclinado que habitó en Brasil.
Irritator challengeri era un dinosaurio carnívoro de dos patas. El conocimiento de la especie se basa en el cráneo fósil más completo conocido de este grupo, que se conserva en el Staatliches Museum für Naturkun de Stuttgart.
Con la ayuda de tomógrafos computarizados de rayos X generalmente utilizados en el contexto de la medicina o la ciencia de los materiales, los paleontólogos de Greifswald y Munich, de Alemania, así como de Alkmaar, Países Bajos, y Friburgo, Suiza, investigaron a fondo el fósil y lograron descubrimientos sorprendentes.
Se presume que Irritator cazaba presas relativamente pequeñas con un hocico fuertemente inclinado que evolucionó para cerrarse rápidamente. Una gran sorpresa para los expertos fue cuando el cazador observó que las mandíbulas inferiores se abrieron hacia los lados, ensanchando la región de la garganta. El estudio fue publicado en Palaeontologia Electronica.
El cráneo fósil más completo de un espinosaurio está representado por Irritator challengeri hallado en rocas sedimentarias de hace 115 millones de años del este de Brasil. Si bien la especie, que se estima que medía unos 6.5 metros de longitud, representa el animal más grande de su ecosistema, los paleontólogos también encontraron allí fósiles de otros dinosaurios, pterosaurios, parientes de los cocodrilos, tortugas y diversas especies de peces.
Para su último estudio, los científicos reconstruyeron cada hueso del cráneo del fósil y los juntaron en su posición original para descubrir qué hace que los espinosaurios sean tan especiales. Con la ayuda de la tomografía computarizada, descubrieron que Irritator probablemente mantenía el hocico inclinado unos 45 grados en situaciones que requerían una atención especial a su entorno. Esta posición facilitaba un área de visión tridimensional al frente, ya que ninguna estructura, como el largo hocico, obstruía el campo de visión que producían ambos ojos.
Además, el cráneo de Irritator tenía una forma evolutiva que producía una mordida relativamente débil, pero muy rápida. Debido a la forma de la articulación de la mandíbula inferior, cuando este depredador abría hocico, las mandíbulas inferiores se extendían hacia los lados, lo que ensanchaba la faringe. Esto es algo similar a lo que muestran los pelícanos, pero se logra mediante diferentes procesos biomecánicos. Se trata de indicios de la preferencia de Irritator por presas relativamente pequeñas, incluidos los peces, que fueron arrancados y gravemente heridos con movimientos rápidos para tragarlos de inmediato.
El estudio ofrece nuevos conocimientos sobre el estilo de vida de esa especie y muestra que, en relación con sus parientes más cercanos, adquirió muchas características anatómicas nuevas en un periodo geológicamente corto, lo que de forma eventual los convirtió en los dinosaurios muy especializados y excepcionales que conocemos hoy, informa en un comunicado el Ministerio de Educación e Investigación de Alemania.
Con información de La Jornada
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