Ahora, los astrónomos encontraron los restos de su “estrella zombi”

Durante seis meses de 1181, una estrella moribunda dejó su huella en el cielo nocturno.

El llamativo objeto apareció tan brillante como Saturno en las proximidades de la constelación de Casiopea, y las crónicas históricas de China y Japón lo registraron como una “estrella invitada”.

Los astrónomos chinos utilizaban este término para designar un objeto temporal en el cielo, a menudo un cometa o, como en este caso, una supernova, una explosión cataclísmica de una estrella al final de su vida.

El objeto, ahora conocido como SN 1181, es una de las pocas supernovas documentadas antes de la invención de los telescopios, y desconcertó a los astrónomos durante siglos.

Ahora, un nuevo estudio describió por primera vez SN 1181 en detalle mediante la creación de un modelo informático de la evolución de la supernova desde inmediatamente después de que apareciera el estallido inicial hasta la actualidad. El equipo de investigadores comparó el modelo con observaciones de archivo realizadas con telescopios de su nebulosa, la gigantesca nube de gas y polvo, visible hasta hoy, que es el remanente del monumental acontecimiento.

Según los investigadores, el análisis sugiere que SN 1181 pertenece a una rara clase de supernovas denominadas de tipo Iax, en las que el estallido termonuclear podría ser el resultado no de una, sino de dos enanas blancas que han colisionado violentamente pero no llegaron a detonar del todo, dejando tras de sí una “estrella zombi“. 

“Hay 20 o 30 candidatas a supernovas de tipo Iax”, afirma Takatoshi Ko, autor principal del estudio publicado el 5 de julio en The Astrophysical Journal. “Pero esta es la única que conocemos en nuestra propia galaxia”. Ko es estudiante de doctorado de astronomía en la Universidad de Tokio.

Y lo que es más, el estudio también descubrió que, inexplicablemente, el viento estelar de alta velocidad, detectado en estudios anteriores, empezó a soplar desde la superficie de la estrella zombi hace tan solo 20 años, lo que se suma al aura misteriosa de SN 1181. Según los expertos, desentrañar el mecanismo de esta supernova podría ayudar a los astrónomos a comprender mejor la vida y la muerte de las estrellas y su contribución a la formación de planetas.

Con información CNN

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