Crujirse los nudillos puede resultar satisfactorio: ¿Realmente es un mal hábito?

El crujido de las articulaciones puede provocar una gran variedad de reacciones, desde escalofríos hasta pura satisfacción. A pesar de su mala reputación, entender la mecánica que hay detrás de esta práctica puede arrojar luz sobre por qué es una experiencia tan gratificante. Esto es lo que hay que saber. 

¿Por qué el crujido articular es tan satisfactorio?

El chasquido que se produce en las articulaciones no es un “crujido” propiamente dicho. Dentro de la cápsula articular hay líquido sinovial con burbujas de gas, principalmente dióxido de carbono y nitrógeno. 

“Estirar la cápsula articular hasta el final de su rango de movimiento crea casi un vacío”, explica Matthew Cavanaugh, quiropráctico de Lafayette, Luisiana, Estados Unidos. “La velocidad a la que se realiza (el ajuste) hace que esa burbuja de gas se disuelva rápidamente dentro de esa cápsula articular”.

Si es solo una burbuja de gas que se colapsa, ¿por qué es tan satisfactorio? Bueno, en realidad puede proporcionar una sensación física de liberación y un aumento temporal de la movilidad articular, señala Rojeh Melikian, cirujano ortopédico de columna en DISC Sports and Spine Center en California, Estados Unidos.

“Realmente sienta bien”, dice, y añade que una teoría común es que el movimiento brusco también puede estimular las terminaciones nerviosas alrededor de la articulación, lo que lleva a una disminución del dolor y una liberación de endorfinas, aunque esto no se ha demostrado.

Crujirse las articulaciones, ¿es malo para la salud? 

A pesar de lo que puedan haber advertido amigos y familiares, el crujido habitual de las articulaciones no parece aumentar el riesgo de desarrollar artritis. Aunque se trata de una táctica habitual para asustar, “los estudios (que se remontan a 1998) no han mostrado una correlación significativa entre el crujido habitual de nudillos y la presencia de artrosis de mano”, admite Melikian.

“Algunos estudios han indicado que los crujidores de nudillos habituales puedenexperimentar más hinchazón de la mano y una menor fuerza de agarre”, añade, aunque parece que el jurado todavía está deliberando sobre ello.

Un estudio de 2017 en la revista Hand Surgery & Rehabilitation examinó a 35 crujidores de nudillos habituales (al menos cinco veces al día) contra no crujidores y descubrió que, si bien los primeros desarrollaron un cartílago de la cabeza metacarpiana más grueso (el cartílago alrededor de los nudillos en su palma) que el grupo de control, su fuerza de agarre no se vio afectada negativamente.

Durante el auto-ajuste, la aplicación de una fuerza excesiva o el uso de técnicas inadecuadas puede potencialmente causar daños a los ligamentos, músculos o nervios, ya que el cuello y la columna vertebral son “estructuras complejas que están sujetos a una variedad de tensiones y esfuerzos todos los días”, advierte Melikian. 

Las vértebras también rodean la médula espinal, que es muy sensible, por lo que si vas a intentar hacer crujir esta zona por tu cuenta, Cavanaugh recomienda utilizar lo que él llama un “empuje de alta velocidad y baja amplitud”, que es un empuje rápido y suave que se realiza en una distancia corta.  

El principal problema del autoajuste es que la gente puede emplear una fuerza incorrecta o empujar la articulación en la dirección equivocada”, advierte Cavanaugh. 

“Mientras sigas el movimiento normal de la articulación, es bastante seguro hacerlo”. Un ejemplo es torcer las articulaciones de los nudillos. “Los dedos no se tuercen, se doblan”, dice. “Cuando tuerces una articulación que se supone que no debe torcerse, estás forzando los ligamentos y puede causar un traumatismo en esa articulación que provoque inflamación”. Si sientes algún dolor durante los autoajustes, deja de hacerlo y acude a un profesional

Aunque la mayoría de las investigaciones han demostrado que el crujido habitual de las articulaciones no tiene efectos importantes a largo plazo, el estigma prevalece. “¿Te crujes los nudillos?”, le pregunto al cirujano ortopédico. “No”, responde. “Necesito las manos para trabajar”. 

Con información National Geographic

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