La defensa del capo de Sinaloa aseguró que su cliente no cooperará ni ahora ni nunca con la fiscalía estadounidense.
Tras la detención del máximo jefe del Ejército mexicano, Salvador Cienfuegos Zepeda—el pasado 15 de octubre en Los Ángeles, California, acusado de cinco cargos de narcotráfico— mucho se preguntó en todos los círculos si Joaquín el “Chapo” Guzmán estaba relacionado con esta aprehensión.
Sobraron medios y analistas que aseguraron que la caída de este ícaro de altos vuelos era parte de una serie de acusaciones e investigaciones que el gobierno de Estados Unidos tenía en curso desde el llamado juicio del siglo, en el que se sentenció al “Chapo” Guzmán a cadena perpetua.
Y sí, de acuerdo con fuentes del gobierno estadounidense citadas por Univisión Noticias, el fundador del Cártel de Sinaloa no sólo fue parte central de la investigación, también proporcionó una lista de ex funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto que colaboraban con los narcos.
El “Chapo”, sin embargo, se negó a declarar en contra del ex secretario de la Defensa mexicano, Cienfuegos Zepeda. Su abogado, William Purpura, quien representó al capo en el juicio, aseguró que la decisión del “Señor Guzmán” era no cooperar con la fiscalía, ni hoy ni nunca.El exsecretario de la Defensa en México, general Salvador Cienfuegos (Foto: REUTERS/Carlos Jasso)
El expediente 1:19-cr-00366 no deja lugar a dudas. Las autoridades de Estados Unidos mantenían pesquisas contra el ex funcionario, desde el 14 de agosto de 2019, cuando la magistrada Vera M. Scanlon giraró una orden aprehensión en su contra.
Pero el “Padrino”, como también lo identifica la fiscalía, había resultado muy escurridizo y no podían aprehenderlo, pues aunque las autoridades mexicanas sabían donde encontrarlo, no querían solicitarles apoyo por temor a que Cienfuegos fuera alertado y huyera, por eso habrían esperado a que hiciera un viaje a EEUU para capturarlo.
Entre diciembre de 2015 y febrero de 2017, Cienfuegos Zepeda habría conspirado para la producción y distribución de drogas como cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas a EEUU.
Los cargos en su contra advierten que Cienfuegos Zepeda trabajó para uno de los cárteles mexicanos más violentos, el de los Beltrán Leyva, en específico con el narcotraficante Juan Francisco Patrón, alias el H-2, abatido en 2017.El narcotraficante Joaquín el “Chapo” Guzmán no era del agrado del “Padrino” (Foto: EFE/Mario Guzmán/Archivo)
Durante su mandato frente a la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Cienfuegos tuvo un desafortunado encuentro con Joaquín Guzmán Loera, quien lo buscó antes de su recaptura en Mazatlán, Sinaloa, en 2013, para que lo protegiera.
A través de Andrea Veléz Fernández, quien tenía una agencia de modelos en la Ciudad de México y era secretaria de Alex Cifuentes, un narco colombiano y mano derecha del Chapo, le hizo llegar un soborno de USD 10 millones.
La mujer mantenía contacto con el militar porque “le presentaba ‘amigas’ al general de la Nación los jueves para fiestas privadas”.
Cifuentes aseguró que “el señor Joaquín le pidió el favor al militar para que lo dejara en paz. Y si ella (Vélez Fernández) lograba el objetivo, le iba a regalar un millón de dólares”.
Su testimonio estuvo basado en fotografías y mensajes enviados a su móvil, además de ser testigo presencial del supuesto soborno.
“Amigo, ¿ya está lista la cita con el cachuchón (militar) este miércoles?”, le preguntó en clave Cifuentes a Vélez Fernández.
La mujer fracasó en el intento, según Cifuentes, “porque el general odiaba mucho a Joaquín”. El capo de Sinaloa “se enojó mucho que mandó a matarla, por mentirosa [sic]”. La orden de asesinato no se ejecutó y el narco colombiano siguió manteniendo el contacto.