Esta ya es la economía de Trump: las cifras financieras más recientes muestran señales de alerta

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A pesar de todas las promesas del presidente Donald Trump de una “época dorada” económica, una serie de indicadores débiles esta semana reveló una situación potencialmente preocupante a medida que el impacto de sus políticas se hace evidente.

El aumento del empleo disminuye. La inflación comienza a aumentar. El crecimiento se ha desacelerado en comparación con el año pasado.

A más de seis meses desde que inició su segundo mandato, la oleada de incrementos a los aranceles de Trump y su nueva ley de impuestos y gastos han transformado los sistemas comercial, manufacturero, energético e impositivo de Estados Unidos a su gusto. Está ansioso por atribuirse el mérito de cualquier victoria que pueda suceder —y busca a quién culpar si la situación financiera comienza a tambalearse.

Pero hasta ahora, este no es el auge que prometió el presidente republicano, y su capacidad para culpar a Joe Biden —su predecesor demócrata— por cualquier desafío económico se ha desvanecido, ya que la economía mundial depende de cada una de sus palabras y publicaciones en redes sociales.

Cuando el informe de empleo del viernes resultó ser decididamente desalentador, Trump ignoró las advertencias de los datos y despidió a la directora de la agencia que elabora las cifras mensuales de empleo.

Es posible que las cifras decepcionantes sean dificultades iniciales debido a la rápida transformación causada por Trump y que un crecimiento más sólido se reanude —pero también pueden ser un anticipo de más disrupciones por venir.

Planes económicos de Trump son una apuesta política

El uso agresivo de aranceles, órdenes ejecutivas, recortes de gastos y cambios en el código tributario por parte de Trump conlleva un riesgo político significativo si no es capaz de generar prosperidad para la clase media. Los efectos de sus nuevos aranceles tardarán varios meses en repercutir en la economía, justo cuando muchos aliados de Trump en el Congreso estén en campaña para las elecciones intermedias.

La Casa Blanca presentó la avalancha de acuerdos comerciales previos al anuncio arancelario del jueves como prueba de la destreza negociadora de Trump. La Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Filipinas, Indonesia y otras naciones que la Casa Blanca declinó nombrar acordaron que Estados Unidos podría aumentar los aranceles sobre sus productos sin hacer lo mismo con los productos estadounidenses. Trump simplemente estableció las tasas de los aranceles a otros países que carecían de acuerdos.

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Muchos estadounidenses serán quienes más sientan los costos de esos aranceles —impuestos pagados sobre las importaciones a Estados Unidos— en forma de precios más elevados, pero aún se desconoce en qué medida.

Apenas el 38% de los adultos aprueba la gestión de la economía por parte de Trump, según una encuesta realizada en julio por The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research (The Associated Press-Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos), una organización apartidista de investigación para guiar decisiones políticas y económicas con base en ciencias sociales. Esta cifra es inferior a la del final del primer mandato de Trump, cuando la mitad de los adultos aprobaba su liderazgo económico.

La Casa Blanca pinta un panorama más optimista, y afirma que la economía emerge de un período de incertidumbre tras la reestructuración de Trump y repite las ganancias económicas observadas en su primer mandato, antes del golpe de la pandemia.

Informes económicos recientes sugieren problemas en el futuro

Las cifras económicas de la última semana muestran las dificultades que Trump podría enfrentar si las cifras continúan en su dirección actual:

El informe de empleo del viernes reflejó que los empleadores estadounidenses han eliminado 37.000 empleos en el sector manufacturero desde la implementación de los aranceles por parte de Trump en abril, lo que contradice las afirmaciones previas de la Casa Blanca sobre una reactivación de las fábricas.

La contratación neta se ha desplomado en los últimos tres meses, con un aumento de tan solo 73.000 empleos en julio, 14.000 en junio y 19.000 en mayo —una disminución combinada de 258.000 empleos respecto a lo indicado anteriormente. En promedio, el año pasado, la economía creó 168.000 empleos al mes.

Un informe de inflación del jueves mostró que los precios aumentaron un 2,6% durante el año que finalizó en junio, con un aumento en el índice de precios de gastos de consumo personal del 2.2 % en abril. Los precios de artículos con un alto volumen de importación, como electrodomésticos, muebles, juguetes y juegos, se dispararon de mayo a junio.

El miércoles, un informe sobre el producto interno bruto (PIB), el indicador más amplio de la economía estadounidense, mostró que este creció a una tasa anual inferior al 1,3% durante el primer semestre del año, una disminución significativa respecto al crecimiento del 2,8% del año pasado.

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Ataques de Trump a la Fed podrían desatar más inflación

Trump ha intentado colgar la culpa de los problemas económicos a Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal (Fed), y expresó que la Fed debería recortar sus tasas de interés de referencia —aunque hacerlo podría generar una inflación más alta.

Trump ha respaldado públicamente a dos gobernadores de la Fed, Christopher Waller y Michelle Bowman, por votar a favor de recortar las tasas en la reunión del miércoles. Pero su lógica no es la que el presidente quiere escuchar: les preocupaba, en parte, la desaceleración del mercado laboral.

No obstante, esta es una apuesta económica enorme por parte de Trump y quienes impulsan tasas más bajas, con la creencia de que las hipotecas serán más asequibles como resultado e impulsarán la actividad de compra de viviendas.

Su política arancelaria ha cambiado repetidamente en los últimos seis meses, y las últimas cifras sobre impuestos a la importación son un sustituto de lo que el presidente anunció en abril —que provocó una caída de la bolsa. Esto podría no ser un simple ajuste puntual, como argumentan algunos miembros de la junta de la Reserva Federal y funcionarios del gobierno de Trump.

Trump no escuchó las advertencias sobre aranceles “universales”

Por supuesto, Trump no puede decir que nadie le advirtió sobre las posibles consecuencias de sus políticas económicas.

Biden, entonces el presidente saliente, hizo precisamente eso en un discurso pronunciado en diciembre pasado en la Brookings Institution —una organización sin fines de lucro que realiza investigaciones para mejorar políticas en todos los niveles de gobierno—, en el que declaró que el costo de los aranceles acabarán por afectar a los trabajadores y las empresas estadounidenses.

Con información de AP noticias.

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