Entre paros, encarecimiento de la producción y temores económicos de los consumidores, las ventas de vehículos ligeros iniciaron con el pie izquierdo el tercer trimestre del año.
La reactivación de la industria automotriz no está yendo nada bien. En julio, la venta de autos registró su nivel más bajo desde hace seis meses y las señales a futuro no expresan una pronta recuperación.
La ventas de vehículos ligeros al mercado interno alcanzaron las 82,157 unidades, la menor cifra desde enero de este año cuando las ventas fueron de 81,657. El resultado también fue el primer retroceso de ventas para la industria desde hace cuatros meses, si bien, ha sido la menor caída mensual desde el desplome de abril de 2020.
Las ventas cargaron con las consecuencias de una producción atrasada debido a los extensos paros productivos de junio, que en el caso de la Volkswagen se prolongaron por todo el mes, además de los nuevos paros en julio en las plantas armadoras General Motors, en Silao y San Luis Potosí; Mazda, en Salamanca; y Audi en San José Chiapa, Puebla.
Todos los paros han sido iniciados por la misma razón: la falta de semiconductores que ha azotado a la industria desde principios de año y se ha intensificado desde abril pasado.
Ante la persistencia de la escasez, las armadoras mexicanas siguen anunciando nuevos paros. Toyota inauguró agosto con un paro de actividades durante la primera semana del mes en su planta de Apaseo el Grande mientras General Motors ampliará el paro en San Luis Potosí hasta el día 23.
Pero el problema no es exclusivo de México. A nivel mundial, la falta de semiconductores ha causado dificultades en las plantas de los mayores productores automotrices, principalmente Norteamérica y Alemania, los cuales al no contar con una industria a gran escala que fabrique semiconductores están sufriendo los mayores paros.
En contraste, la producción asiática ha sido más resiliente a la crisis debido a que el continente concentra la mayoría de las fábricas de semiconductores, con lo cual tienen garantizado un mayor suministro a un precio menor que al que importan las armadoras occidentales.
Por dicha razón, la producción de las marcas asiáticas como Nissan, Kia y Toyota ha sido menos golpeadas que las de las estadounidenses, aunque en México sus sedes no han salido tan ilesas como las matrices en Asia .
Las empresas ya están resignadas a que la escasez de chips va para largo, pues en el último reporte de Indicadores del Sector Manufacturero en los Estados Unidos, los directivos encuestados señalaron que no esperan que los problemas en el suministro se resuelvan por lo menos hasta finales de año.
Fragilidad económica aleja a mexicanos de comprar un nuevo auto
La disminución de las ventas de autos no solo se encuentra en la escasez de semiconductores, sino que también se ven afectadas por la fragilidad económica de la población.
Las ventas están siendo más difíciles en los Estados Unidos debido a que el precio de los semiconductores en conjunto con el del acero están provocando aumentos en los precios finales de venta, fenómeno que recientemente comenzó a aparecer en el mercado mexicano y que desincentiva aún más las ventas.
Durante la primera quincena de julio, el precio de los automóviles aumentó 0.69%, con lo que fue parte del top 10 de productos que más presionaron la inflación en dicho periodo del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Los efectos de la inflación están siendo particularmente dañinos para la economía de los consumidores mexicanos debido a que, si bien, ya fue superada la peor depresión económica del COVID 19, las cifras de empleo en el país no han regresado a sus niveles prepandemia.
Además, parte del empleo recuperado ha sido a costa de mayor precarización, como expresó la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en la que la tasa de subocupación ha subido más de 15% para la Ciudad de México, principal mercado automotriz del país, por lo que los consumidores tienen que pensarlo dos veces antes de decidir fuertes desembolsos de dinero.
Sumándose a las presiones generadas por el alza de precios, la tercera ola de coronavirus está preocupando a los compradores, quienes están moderando su consumo ante los temores de volver a vivir los episodios de la primera y segunda ola.
Los resultados de julio de la Encuesta Nacional de Confianza del Consumidor informaron que los planes a 12 meses para comprar un auto nuevo se estancaron en 12.1 puntos, luego de varios incrementos mensuales mostrando un escenario futuro del comportamiento de las ventas en los próximos meses.
Con información Radiofórmula