Los dos agentes federales secuestrados en Zapopan fueron localizados con vida, según informó la presidenta Sheinbaum durante la conferencia matutina.
La mañana comenzó con un sentimiento inesperado en Palacio Nacional. Apenas había iniciado la conferencia matutina cuando una tarjeta llegó hasta el estrado con información urgente: los agentes federales secuestrados en Zapopan habían sido localizados con vida. El gesto de sorpresa y alivio de la presidenta Claudia Sheinbaum no pasó desapercibido. Era la confirmación de una noticia que cambiaría el tono del día y marcaría un momento clave para la estrategia de seguridad nacional.
Con la serenidad que caracteriza sus comunicados en momentos tensos, Sheinbaum decidió leer parte del mensaje frente a la prensa: “Los dos agentes secuestrados por un grupo criminal en Jalisco fueron encontrados en buen estado de salud”. El resto, dijo, lo informaría el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, encargado directo del seguimiento operativo.
Lo que para el público fue un anuncio breve, para los equipos de seguridad federal representó días enteros de trabajo de inteligencia, coordinación interestatal y rastreo constante. La desaparición de estos elementos había encendido todas las alertas, no solo por su calidad operativa, sino porque cumplían labores críticas para desarticular células del crimen organizado en una de las zonas más complejas del país.
Una desaparición que encendió las alarmas
El miércoles de la semana anterior, la SSPC confirmó oficialmente que dos de sus efectivos estaban en calidad de no localizados. Se sabía que realizaban actividades de inteligencia e investigación de campo, y que se dirigían a Guadalajara a bordo de un vehículo oficial. En algún punto del camino, la comunicación se cortó.
La sospecha de un secuestro por parte de un grupo criminal no tardó en convertirse en una línea sólida de investigación. Jalisco, particularmente municipios como Zapopan, forma parte de un corredor donde las organizaciones criminales mantienen presencia activa y reaccionan con violencia cuando perciben vigilancia federal.
Para las familias, el silencio de esos días fue una pesadilla. Para la institución, una carrera contrarreloj.
A mitad de la búsqueda: la clave para localizar a los agentes federales
A la mitad del proceso de investigación, y gracias a cruces de datos de ubicación, análisis de desplazamiento vehicular y reportes generados por la red nacional de inteligencia, se logró identificar una región donde, presuntamente, los agentes federales habían sido movilizados. La cooperación del gobierno estatal fue crucial: el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, apoyó con recursos locales y operativos territoriales, como confirmó la propia tarjeta que Sheinbaum mostró ante las cámaras.
Omar García Harfuch, conocido por su experiencia en tácticas de búsqueda y trabajo de campo, encabezó personalmente la coordinación del operativo. De acuerdo con fuentes de seguridad, la estrategia se dividió en tres frentes: análisis de territorio, presión operativa en zonas dominadas por células delictivas y monitoreo de redes de comunicación criminal. En menos de una semana, el cerco funcionó.
El hallazgo que trajo alivio nacional
El descubrimiento se logró tras un movimiento interno del grupo que los retenía. Los agentes fueron localizados sin lesiones graves, en condiciones estables y sin indicios de tortura, una situación que sorprendió incluso a las autoridades, dado el contexto del secuestro.
La presidenta lo celebró con cautela, consciente de que un caso exitoso no representa el fin de los desafíos, pero sí reafirma la importancia de invertir en inteligencia, coordinación y presencia territorial.
¿Qué sigue para la seguridad federal?
El rescate abre de nuevo el debate sobre los desafíos del crimen organizado y el rol de las instituciones federales. La desaparición temporal de los agentes, aunque terminó con un resultado favorable, expone los riesgos de quienes trabajan infiltrados en zonas críticas y la urgencia de reforzar operativos preventivos.
Fuentes de seguridad federal han señalado que se reforzarán las misiones en Jalisco y se ajustarán protocolos de desplazamiento, especialmente para elementos que realizan actividades encubiertas o de investigación avanzada.
Lo que no cambia es la firmeza del mensaje: el Estado no abandonará a sus elementos ni cederá frente a la intimidación criminal.
Un final con alivio… y una advertencia
La noticia del rescate marcó una diferencia en el ánimo nacional. No solo se recuperó la integridad de dos elementos clave, también se envió una señal clara a los grupos criminales: la coordinación interinstitucional funciona, la inteligencia opera sin descanso y los agentes federales no están solos —ni al inicio de una misión, ni a mitad, ni al final.
Con información de La Verdad Noticias.
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