El Adriático sorprendió con un espectáculo increíble. Dos trombas marinas descendieron sobre el Delta del Po, casi fusionándose bajo el olor salino del verano y la alerta por tormentas.
El olor a mar se mezcló con una humedad espesa bajo un cielo gris y tormentoso. Dos embudos descendieron, rasgando el horizonte y tocando las aguas del mar Adriático en una danza hipnótica. Un espectáculo increíble, que unió cielo y mar, aceleró corazones en Italia y que rápidamente se viralizó en redes para el mundo.
En Europa se registran alrededor de 160–500 trombas marinas al año, siendo Italia una de las zonas donde ocurren con mayor frecuencia.
Bajo la inestabilidad provocada por una perturbación atmosférica que trajo consigo lluvias intensas y condiciones de mal tiempo, varias trombas marinas hicieron acto de presencia durante dos días consecutivos en las costas italianas. Si bien permanecieron en el mar y no tocaron tierra, se exhortó a pescadores y a la población costera a mantenerse atentos y ser precavidos.
El espectáculo principal ocurrió cuando dos trombas marinas surgieron casi al unísono frente al Delta del Po, en el noreste de Italia, casi fusionándose en un único torbellino. Testigos en la costa relataron que, por momentos, el viento se intensificaba y las olas se agitaban con violencia, aunque sin alcanzar niveles peligrosos.
Desde Rovigo, Ferrara y Rávena, particularmente en las localidades costeras de Rosolina Mare, Porto Tolle y Comacchio, disfrutaron en primera fila del singular espectáculo. Un espectáculo recurrente en una región particularmente expuesta a fenómenos meteorológicos intensos por el contraste entre lo cálido del mar y las perturbaciones que descienden de los Alpes y los Apeninos.
De embudos y giros
Una tromba marina es un vórtice giratorio de aire y agua que se forma sobre el mar, conectado a nubes de tormenta (cumuliformes), generalmente del tipo cumulonimbo. Su apariencia es similar a la de un tornado, pero ocurre sobre cuerpos de agua. Existen trombas de buen tiempo, débiles y de corta duración, y otras tornádicas más violentas y peligrosas.
Una tromba marina es un vórtice giratorio de aire y agua que se forma sobre el mar, conectado a nubes de tormenta (cumuliformes), generalmente del tipo cumulonimbo.
Ver dos trombas simultáneas no es común, pero tampoco es imposible en el Adriático, una zona conocida por sus contrastes térmicos entre mar y aire en verano. La formación simultánea de embudos requiere la presencia de varias celdas convectivas activas y condiciones de inestabilidad bien marcadas. Que ambas se acerquen e incluso parezcan fusionarse es poco frecuente.
Italia es uno de los países europeos donde más trombas marinas se reportan, especialmente a finales del verano (entre agosto y octubre). El Delta del Po y las costas de la laguna de Venecia son puntos habituales de observación, aunque solo un pequeño porcentaje de estas trombas llega a tocar tierra o provoca daños.
De la perturbación
La doble tromba marina del Delta del Po estuvo ligada a la primera perturbación de agosto, que ingresó al norte de Italia con lluvias, tormentas eléctricas y ráfagas de viento este fin de semana. Una masa de aire frío en los niveles altos de la atmósfera interactuó con el aire cálido y húmedo del Adriático, generando un ambiente propicio para la convección intensa y formación de tormentas.
Según las autoridades locales, no se registraron daños ni heridos, pero se emitieron avisos a navegantes y pescadores para evitar la zona mientras duraba la inestabilidad. La protección civil también reforzó la vigilancia, pues la misma perturbación podía generar nuevas trombas o granizadas en la región.
La Agencia Regional de Protección Civil emitió alerta amarilla (riesgo bajo a medio) para la región de Emilia‑Romaña, por tormentas con posibles fenómenos asociados como granizo, ráfagas de viento y formación de trombas marinas. La alerta se mantuvo vigente hasta el domingo 3 de agosto, afectando principalmente las áreas costeras y el Delta del Po.
En estas condiciones, el contraste térmico entre el mar y la atmósfera, junto con la presencia de cizalladura de viento moderada (varía la dirección y velocidad del viento con la altura), favoreció la rotación de columnas de aire ascendentes. Fue este el escenario perfecto para que se desarrollaran las trombas marinas.
Las agencias locales de meteorología advirtieron que esta misma inestabilidad podría replicarse en otras zonas de la costa adriática central, con riesgo de tormentas severas, granizo y nuevas trombas aisladas. Un evento, que más allá de ser altamente fotografiable, dejó claro el lado salvaje del verano mediterráneo.
Con información Metereored
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