El destino de dos astronautas de la NASA, que llevan unos 80 días en el limbo de la Estación Espacial Internacional debido a los problemas de su nave Boeing Starliner, podría aclararse pronto.
La agencia espacial informó de que este sábado llevará a cabo una revisión formal para determinar si considera que el vehículo Starliner de Boeing es lo suficientemente seguro como para regresar a casa con su tripulación, o si la nave Crew Dragon de SpaceX tendrá que intervenir para salvar la situación.
La NASA comunicará su decisión este sábado, una vez concluida la revisión. Una conferencia de prensa fue programada para la 1 pm ET, o “alrededor de esa hora” después de que la revisión haya terminado, de acuerdo con un correo electrónico de la NASA. Sin embargo, la agencia espacial suele retrasar las conferencias de prensa si las discusiones se prolongan más de lo previsto.
(CNN)– El destino de dos astronautas de la NASA, que llevan unos 80 días en el limbo de la Estación Espacial Internacional debido a los problemas de su nave Boeing Starliner, podría aclararse pronto.
La agencia espacial informó de que este sábado llevará a cabo una revisión formal para determinar si considera que el vehículo Starliner de Boeing es lo suficientemente seguro como para regresar a casa con su tripulación, o si la nave Crew Dragon de SpaceX tendrá que intervenir para salvar la situación.
La NASA comunicará su decisión este sábado, una vez concluida la revisión. Una conferencia de prensa fue programada para la 1 pm ET, o “alrededor de esa hora” después de que la revisión haya terminado, de acuerdo con un correo electrónico de la NASA. Sin embargo, la agencia espacial suele retrasar las conferencias de prensa si las discusiones se prolongan más de lo previsto.
El vehículo Starliner, que transportó a los astronautas Suni Williams y Butch Wilmore a la estación espacial a principios de junio, sufrió contratiempos con fugas de helio y propulsores que dejaron de funcionar abruptamente en el tramo inicial de su primer vuelo de prueba tripulado. Los ingenieros pasaron semanas tratando de entender mejor los problemas, y Boeing dijo el 2 de agosto que su “confianza sigue siendo alta” en que la nave espacial sería capaz de devolver a Williams y Wilmore a la Tierra.
Sin embargo, la NASA reveló durante una sesión informativa el 7 de agosto que las discusiones dentro de la agencia espacial sobre la seguridad de la cápsula Starliner habían evolucionado, lo que llevó a la agencia federal a considerar más seriamente llevar a los astronautas a casa en un vehículo SpaceX Crew Dragon, que ha volado en una docena de misiones tripuladas al espacio desde 2020.
SpaceX ya había sido programada para ejecutar una misión de rutina a la Estación Espacial Internacional, llevando a cuatro astronautas como parte de las rotaciones estándar de la tripulación a bordo del laboratorio orbital. Pero la misión, denominada Crew-9, podría ahora reconfigurarse para llevar a bordo a dos astronautas en lugar de cuatro.
Ese ajuste dejaría dos asientos vacíos para que Williams y Wilmore los ocuparan en el vuelo Crew-9 de regreso a casa. Los astronautas también se unirían oficialmente al equipo Crew-9, pasando a formar parte de la expedición oficial. Con esa transición, Williams y Wilmore permanecerían in situ durante seis meses más, la duración de una misión rutinaria a la estación espacial.
La reasignación a Crew-9 podría retrasar el regreso del dúo hasta febrero de 2025 como muy pronto.
En ese caso, el Starliner volvería a casa vacío. Y la NASA tendría que decidir si los datos que Starliner recopiló en su misión son suficientes para dar a la agencia espacial la confianza necesaria para certificar oficialmente a Starliner para vuelos espaciales tripulados, un paso que prepararía al vehículo para realizar viajes rutinarios a la órbita.
Propulsores defectuosos
Cinco de los 28 “propulsores de control de reacción” del Starliner dejaron de funcionar durante el primer tramo de la misión de prueba de Boeing. Al final se recuperaron todos menos uno.
Y aunque Williams y Wilmore esperaban pasar solo ocho días en el espacio, su estancia a bordo del laboratorio orbital se ha prolongado ya unos dos meses, ya que los ingenieros en tierra han trabajado para comprender mejor los problemas de los propulsores.
Los responsables han explicado que han podido recrear con pruebas en tierra cómo se deterioraban los propulsores en el espacio durante el vuelo. Según Boeing, la posible causa es la acumulación de calor en el interior de los propulsores, que puede estar provocando el abombamiento de las juntas aislantes y restringiendo el flujo de propulsante.
Por otra parte, los problemas con las fugas de helio pueden deberse a que las juntas se han degradado debido a la exposición al vapor del propulsor, según comentó Mark Nappi, director del programa Commercial Crew de Boeing, el 25 de julio.
Sin embargo, la NASA ha tenido dificultades para llegar a un consenso sobre la forma en que estos problemas podrían afectar al regreso de los astronautas al espacio y sobre el nivel de riesgo que supondrían.
La incertidumbre en torno al nivel de riesgo es la razón por la que la agencia podría recurrir a SpaceX y a su nave Crew Dragon para que intervengan.
El camino pedregoso del Starliner
La NASA ha dicho en repetidas ocasiones que el potencial de SpaceX para intervenir pone de relieve cómo la agencia espacial diseñó intencionadamente su Programa de Tripulación Comercial -bajo el cual se desarrollaron tanto Starliner como Crew Dragon- para permitir que cada nave espacial sirviera como respaldo de la otra.
“Estamos en una especie de nueva situación aquí y tenemos múltiples opciones”, dijo Ken Bowersox, administrador asociado de la Dirección de Misiones de Operaciones Espaciales de la NASA, el 7 de agosto. Es algo con lo que tendremos que lidiar en el futuro: podríamos encontrarnos en una situación en la que necesitemos traer una tripulación Dragon (de SpaceX) o una tripulación Soyuz (rusa) de vuelta en un Starliner”.
“Por eso queremos varios vehículos, para tener esa opción”, añadió Bowersox.
Aun así, la agencia federal financió Crew Dragon de SpaceX y Starliner de Boeing al mismo tiempo en 2014. Crew Dragon ya lleva cuatro años en funcionamiento, mientras que el programa Starliner se encuentra cientos de millones de dólares por encima del presupuesto y lleva años de retraso.
Con información CNN
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