CIUDAD DE MÉXICO.- Un par de lágrimas recorrieron la mejilla izquierda de Jordan Silva mientras se deslizaba, cual niño, sobre el césped del estadio Nemesio Díez, ese que lleva tatuado en el alma.
No era para menos. Más allá de que Miguel Barbieri hizo el gol (70′) que dio a los Xoloitzcuintles de Tijuana la victoria (4-3, 7-3 global) en la vuelta de las semifinales en la Copa MX, el defensa central mexicano fue quien firmó el tanto que hizo añicos las ilusiones del Toluca, en el que Jordan se formó.
Ironías del futbol. Un canterano escarlata desvaneció las pocas ilusiones que quedaban a los Diablos Rojos, cuya zaga -sobre todo en la táctica fija- fue exhibida por un club que anhela escribir otra página dorada en su todavía corto libro de historia.
Los fronterizos están en la serie por el título copero. Será la primera vez que la disputen y ya saben que serán locales en la ida, porque el Monterrey y el FC Juárez quedaron mejor colocados.
Con información El Universal
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