Manifestantes en el sur de México incendiaron el edificio del gobierno estatal e incendiaron una docena de vehículos

Los manifestantes en el sur de México incendiaron el edificio del gobierno estatal el lunes e incendiaron al menos una docena de coches en el estacionamiento.

Las protestas tuvieron lugar en la ciudad de Chilpancingo, la capital del estado de la costa del Pacífico, Guerrero.

Los manifestantes están exigiendo respuestas en el caso de 43 estudiantes de una universidad rural de profesores que desaparecieron en 2014. Otro estudiante de esa universidad fue asesinado en una confrontación con la policía en marzo.

El gobierno del estado de Guerrero dijo en un comunicado que “se arrepiente y condena los actos violentos”. El gobierno señaló que el secretario del Interior del estado había dimitido después de la confrontación de marzo con los estudiantes. Los agentes de policía involucrados están siendo investigados por la muerte.

Las imágenes de las protestas mostraron al menos una docena de vehículos envueltos en fuego y llamas disparando desde las ventanas del edificio de oficinas estatales, que está cerca de la carretera principal que conduce de la Ciudad de México a Acapulco. El edificio, que alberga la oficina del gobernador, fue saqueado.

Los estudiantes de la escuela de profesores radical de Ayotzinapa, ubicada en las afueras de Chilpancingo, son conocidos por sus violentas protestas, que a menudo implican el secuestro de autobuses y camiones de reparto.

En marzo, los manifestantes aliados con la universidad se apoderaron de una camioneta y la usaron para derribar las puertas de madera del Palacio Nacional de la Ciudad de México.

Ellos golpearon las puertas y entraron en el palacio de la época colonial, donde vive el presidente y celebran sus ruedas de prensa diarias, antes de que los agentes de seguridad los expulsen. El palacio es una estructura histórica que data de la década de 1700, y fue construido en el sitio del palacio de los emperadores aztecas.

La manifestación, como muchas otras a lo largo de los años, fue convocada para protestar por el secuestro y el asesinato de 43 estudiantes hace una década. La desaparición masiva sigue siendo uno de los casos de derechos humanos más infames de México.

En 2014, un grupo de estudiantes fue atacado por la policía municipal en la ciudad sureña de Iguala, Guerrero, que los entregó a una banda de drogas local que aparentemente los mató y quemó sus cuerpos. Desde el ataque del 26 de septiembre, solo se han identificado tres de sus restos.

Después de un encubrimiento inicial, el año pasado una comisión de verdad del gobierno concluyó que las autoridades locales, estatales y federales se confinaron con la pandilla para asesinar a los estudiantes en lo que llamó un “crimen estatal”.

Las universidades de profesores rurales radicales subfinanciadas en México tienen una tradición de décadas de protestas violentas. De hecho, cuando fueron secuestrados, los propios estudiantes habían estado secuestrando los autobuses de pasajeros que iban a usar para viajar a otra protesta.

Con información AP

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