Los ‘9’ que fichará el Barça

Los ‘9’ que fichará el Barça

“Es una oportunidad muy bonita, seguro que voy a disfrutar mucho”, dijo Munir al ser presentado ayer como jugador del Sevilla. El hispanomarroquí ha dejado una vacante en la delantera del Barcelona y el club está persuadido de la obligación de fichar un nueve en el mercado de invierno para poder descargar a Luis Suárez o vestir eventuales ausencias del uruguayo. Dispone de dos semanas para elegir sobre el perfil deseado por Valverde: un jugador cedido –lo cual descarta una fuerte inversión–, de calidad contrastada y sin condicionantes que interfieran en su adaptación inmediata a las rutinas azulgrana.

Jugar de nueve en el Barça contemporáneo es un empleo precario –sometido anteriormente a un sistema que prescindía del goleador nato y ahora a la tiranía productiva de Messi y Luis Suárez– y numerosos futbolistas de primer nivel y características diversas han fracasado en la pretensión, caso de Ibrahimovic, Bojan, Alcácer o Munir. Otros, como Villa o Alexis Sánchez, rentabilizaron su polivalencia para adaptarse a otras posiciones de la línea atacante. En cualquier caso, con las excepciones de Eto’o y Suárez, el período de estancia de un delantero centro en el Barça es breve.

Eto’o, el último depredador. Rápido, oportunista y eficaz, el camerunés facturó 36 goles en su quinta y última temporada en el Camp Nou, donde registró una trayectoria triunfal. Pero Pep Guardiola decidió prescindir de él en su segunda campaña en el banquillo, en busca de mayor protagonismo de Messi, y decidió situar habitualmente al argentino como falso nueve. La estrategia surtió efecto en los resultados y también desde la perspectiva estética y la figura del delantero centro tradicional desapareció de los esquemas del Barcelona desde la marcha de Eto’o en 2009 hasta la llegada de Luis Suárez, en coincidencia con la de Luis Enrique Martínez al banquillo, en 2014.

La ruina de Ibrahimovic. Pero Guardiola no quiso prescindir de un goleador y decidió incorporar a Zlatan Ibrahimovic. El sueco se convirtió en el fichaje más caro del Barcelona hasta el momento. 46 millones pagó el club al Inter, además de Eto’o (valorado en otros 20 millones), pero el ególatra delantero pronto se mostró incompatible con Messi. Ocupaba la zona de influencia del argentino y carecía de cualidades, y quizá de predisposición, para reciclarse a los extremos. Engullido por la figura de Leo, Ibrahimovic nunca se resignó a la suplencia y se convirtió en una bomba de relojería en el vestuario, por no hablar de su agente, el inefable Mino Raiola. Aguantó una temporada, en la que produjo 22 goles en 46 apariciones, y su cesión y posterior traspaso al Milan se convirtió en uno de los negocios más ruinosos del club. “Guardiola ha comprado un Ferrari y lo conduce como si fuera un Fiat”, reaccionó a la falta de protagonismo.

Bojan, demasiado precoz. Formado en las categorías inferiores, Bojan Krkic cogió el dorsal 9 de Ibra en su tercera temporada con el primer equipo. Es el tercer futbolista más joven que ha debutado con el Barça y el más precoz en marcar, con 17 años y 51 días. Todo ello hizo depositar un exceso de esperanzas en un niño que acabó sucumbiendo a la presión. Tuvo que renunciar a la posición de delantero centro y desplazarse al ala, preferentemente a la izquierda. Rindió de manera aceptable pero insuficiente para actuar con regularidad en competencia con Villa y su progresión quedó estancada. Dejó el club después de cuatro cursos (2007-2011) con un registro de 41 goles en 163 partidos.

Camaleónico Villa. Fichado en coincidencia con el traspaso de Ibrahimovic, había actuado como delantero centro nato durante cinco temporadas en el Valencia y en el Mundial del 2010 que acababa de ganar España. Pero en Barcelona tuvo que reciclarse para dejar el carril central libre para las incursiones de Messi. De esta manera, consciente de las prioridades tácticas y del orden jerárquico, consiguió mucha presencia en el equipo, casi hasta rozar la etiqueta de titular habitual. Supeditó el oficio de goleador a las necesidades colectivas, pero una fractura de tibia en el Mundial de clubs del 2011 le pasó factura. Pese a todo, 48 goles en 119 apariciones representa una buena cifra.

Alexis Sánchez, un todoterreno. Su agresividad y capacidad para actuar indistintamente en cualquier posición de la delantera fueron las claves de un delantero que, en tres años en el Camp Nou, actuó bajo la dirección de tres entrenadores: Guardiola, Vilanova y Martino. Tuvo altibajos, pero, como en el caso de Luis Suárez, su compromiso nunca estuvo en cuestión. Con 19 dianas, en su último curso fue el cuarto máximo anotador de la Liga y fue traspasado al Arsenal por una cifra récord en las ventas del Barça: 42’5 millones.

Alcácer, el gol en los genes. Bloqueado por el enorme talento de Suárez, Paco Alcácer no pudo exhibir en dos años en el Camp Nou su instinto realizador. No es que carezca de cualidades. Ahora es una figura en la Bundesliga, con 13 goles en los 16 partidos que ha disputado con el Borussia Dormund, la mayor parte como suplente y con problemas musculares.

La VAN

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